PUNTO. Y SEGUIDO. MAR DE HUESCA, 25 de OCTUBRE.

Con el otoño ya encima, y a puntito de cambiar la hora, toca echar la vista atrás y valorar el proyecto, valorar este Mar de Huesca. Es el momento de volver a juntarnos todos, como aquel primer día de principios de julio, para que quienes han ideado y desarrollado los 3 prototipos a lo largo del verano puedan evaluar cómo han sido tanto el proceso como el resultado de sus propuestas y experiencias, y cómo consideran que lo ha recibido la comunidad de sus pueblos, de este territorio.

Si pensamos en cerrar, al menos este ciclo, consideramos que lo mejor es volver a hacerlo donde lo iniciamos: en Montmesa. Esta vez nos juntamos, con el apoyo y permiso desde el Ayuntamiento de Lupiñén, en el Centro de Interpretación de la Alberca de Alboré. Qué mejor lugar para volver a pensar sobre el embalse, sobre sus pueblos, su biodiversidad, y todas sus posibilidades. Con la aún más agradable sorpresa que algunas de las personas no habían estado nunca dentro.

Van llegando las personas de los diferentes grupos desde Alcalá, Almudévar, Valsalada, Lupiñén, Ortilla y del mismo Montmesa, y el centro se empieza a quedar hasta pequeño. Después de los abrazos y saludos después de un tiempo sin vernos, rodeadas de las imágenes de las aves que sobrevuelan estos parajes, les pedimos reunirse en los tres grupos impulsores. El primer rato del encuentro es un tiempo de trabajo interno, de devolución a las mediadoras y a la coordinación del proyecto su valoración, tanto de su prototipo como del proceso en general. En el segundo tramo de la tarde, queremos compartir el vídeo final del grupo impulsor del audiovisual, que se verá en primicia, revivir la tarde en el embalse, y contar en que punto se queda toda la información recabada para un mapa compartido del territorio. Y merendar y brindar, pero eso será despues.

Los tres grupos trabajan en recoger por escrito. una definición propia de sus prototipos, más allá de las palabras más literarias o técnicas con que nosotras los hayamos nombrado: los describen, señalan sus objetivos, especifican qué recursos finalmente fueron necesarios, concretan las necesidades que trataron de resolver y dialogan sobre qué consideran que han aprendido y si ven factible la replicabilidad del prototipo.

Podemos ver lo que recogieron en los diagramas más arriba. Destacamos que los tres consideran que los prototipos son replicables, lo cual ciertamente nos alegró mucho. Pensando en ese punto y seguido.

En la puesta en común a todo el grupo, compartieron lo que fueron sus procesos y aprendizajes, y también todos coincidían en varias de las conclusiones. En primer lugar, las posibilidades que les ha abierto el trabajo en grupo, en comunidad, y especialmente, en grupos diversos, en cuanto a las edades de las personas implicadas, así como sus pueblos de origen y sus perfiles tanto profesionales como personales. Una de las personas lo sintetizó con una frase que nos encantó a todas las personas allí reunidas: «la diversidad es productiva, como un rico ecosistema». Así ha sido y es el Mar de Huesca, diverso.

Otras de las conclusiones de lo aprendido, fueron el valor de la convivencia especialmente entre las personas más mayores y las más pequeñas, y todo lo que las personas mayores han podido aportar al proyecto a través de, especialmente, el prototipo de una tarde en el embalse y de ponte en el mapa. Esto último está en relación con algo que también destacaban entre sus aprendizajes las personas de este último grupo, y es que «no todo lo que se crea tiene por qué ser tangible». Como no sería tangible los buenos momentos de la tarde de ayer y la sensación de familiaridad, de ser ya viejos conocidos y amigos de quienes nos ha presentado este verano.

Los tres grupos destacaron también en la puesta en común el viaje que ha sido para casi todos el proceso: desde ese primer encuentro general, en el qué todo lo que se hablaba y se presentaba resultaba abstracto y algo incomprensible, hasta esta tarde de otoño en el que nos juntamos alrededor de un vídeo colaborativo, los recuerdos de una tarde compartida por más de 100 personas, y otros recuerdos de los encuentros más íntimos en los lugares más públicos en torno a un mapa conjunto.

Al mismo tiempo, queda el temor compartido de que todo este trabajo por su entorno, por su patrimonio, que han llevado a cabo gracias a la unión de gentes tan diversas vinculadas a un mismo paisaje, a una misma historia no se arraigue en su territorio. Lo difícil que es ya que queda también en sus manos… aunque ahora más experimentadas en el trabajo en común y en comunidad.

Después de compartir sus valoraciones, y de presentar en qué punto se ha quedado el prototipo del mapa colaborativo tras los encuentros en los cuatro pueblos al final del verano, les pedimos una evaluación individual y anónima, que recogimos en unos cuestionarios, a todas las personas que han estado más activas a lo largo de todo el proceso para poder valorar el impacto del proyecto en el territorio.

Y así, ya pasaban las 7 de la tarde, tocaba darle la bienvenida a todos aquellos vecinos y vecinas que esperaban fuera y quisieron unirse al estreno tan mundial como rural del vídeo Mar de Huesca. Esto es lo que hay 2.0., con la ayuda profesional de El Estudio.

Después del vídeo, revivimos también la tarde en el embalse con los kayaks y las jotas, qué menos, y el coordinador del proyecto pudo dedicar unas palabras. Gracias a todas las personas implicadas, gracias por hacer Mar de Huesca más que posible.

Y así, llegaron las tortas y el moscatel, para seguir comentando, para hablar de futuros posibles y para ponerle el punto y seguido al Mar de Huesca. Esto es lo que hay 2.0.

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