El ámbito de acción del proyecto es uno de esos raros ejemplos de transformación histórica del paisaje en los que el medio natural y la huella del hombre se interrelacionan armoniosamente, otorgando a estos espacios una mutación radical que se enmarca sin ninguna duda en el contexto del Antropoceno.

Por una parte, situado casi a partes iguales entre los términos de Lupiñén- Ortilla y Alcalá de Gurrea, el embalse de La Sotonera (comarca de la Hoya de Huesca, Aragón, España) – llamado también pantano de Tormos- es una enorme masa de agua concebida para el riego donde se origina el colosal Canal de Monegros, una de las reivindicaciones fundamentales de Joaquín Costa y el origen del mayor sistema de riegos de la Cuenca del Ebro y de todo el Estado Español.

Su gran importancia tanto para el abastecimiento de agua como para la generación de energía hidroeléctrica lo convierten uno de los cauces fundamentales en el sistema de Riegos del Alto Aragón. Su materialización conllevó una poco conocida historia de tintes cuasi épicos protagonizada por grandes multitudes anónimas y que dejó en el paisaje monumentales obras de un innegable atractivo estético. De una singularidad evidente y medianamente apreciada, mano del hombre y naturaleza se funden armoniosamente en el entorno.

A este marco se une la población de Almúdevar, en cuyo término se está materializando la construcción de un controvertido embalse de características similares a el de La Sotonera y que con una estrecha relación con éste – de esta enorme masa de agua surge el icónico canal de los Monegros, eje económico e identitario de la población- se concibe un entorno-comunidad-paisaje con demandas y cuestiones comunes en un amplio abanico de aspectos que van a requerir de consensos y respuestas.